Si eres propietario de un negocio o trabajas en el departamento de gestión humana, a lo mejor sepas que el proceso de contratación conlleva un costo alto, como anunciar ofertas de trabajo, revisar los perfiles y luego entrevistarlos, para después comprobar sus habilidades. Estos son aspectos que requieren de una inversión de tiempo, energía y dinero, especialmente, cuando se busca conquistar y mantener a los perfiles de alto rendimiento.
Sin embargo, a pesar de que puedas tener el mejor proceso de selección, todo se irá abajo, si el problema raíz no se soluciona. Si los fundadores o gerentes no hacen el mínimo esfuerzo de comprender la importancia de construir una cultura laboral que aliente a sus colaboradores, pues estarán destinados a tener muchos problemas dentro de su organización. Una de las consecuencias negativas que se podrían presentar, en las actividades diarias son:
1. Los superiores tratarán a los empleados como máquinas
La mayoría de las personas dedican la mayor parte de su vida a su empleo, pero para algunos, esta experiencia se vuelve estresante y desagradable. Sobre todo, cuando se les trata como máquinas; no teniendo en cuenta sus necesidades, inquietudes y el bienestar. Pues esto, como resultado crea un descontento por parte del personal, produciendo una baja productividad.
Si esto ocurre, la empresa empezará a perder a los perfiles de alto nivel. También las personas no trabajarán por la misión de la empresa, sino por intereses egoístas y desleales.
2. El sentido de la misión pasará a segundo plano
Al no existir una cultura o un sentido de comunidad, la misión de la empresa solo será algo trivial. Ya que si la alta gerencia, no valora construir una cultura, que permita dar sentido y bienestar al trabajo de cada empleado, entonces, el equipo se olvidará del impacto positivo que causan sus aportes dentro y fuera de la empresa.
Pongamos como ejemplo a una organización sin fines de lucro o alguna religión en particular. Cada una tiene una misión que desea cumplir en el mundo. Por lo que, motiva a las personas a unirse a estas organizaciones, porque saben que sus aportes causarán impactos positivos a alguien más. No importa si se trata de donar sangre o realizar un trabajo gratis. Cuando existe una motivación intrínseca, lo económico pasa a segundo plano y la misión, se vuelve prioridad.
3. Aumentará la desconfianza entre el equipo
Al no existir un sistema de meritocracia, que apremie a cada uno por sus aportes, pues predominará mucho la desconfianza y rivalidades entre los miembros del equipo, para no intentar ser despedido. Creando aún más distanciamiento y presión entre el personal, ya que querrán quedar bien ante sus superiores.
Esto no tiene que ser siempre así, ya que estaremos sacrificando oportunidades de crecimiento interno tanto como el externo. Sin embargo, no se puede solucionar por la falta de objetividad a la hora de recompensar a los mejores por su desempeño. Especialmente cuando queremos inspirar a otros a ser mejores.
Al premiar al personal, separando los ascensos y aportes de dinero, podríamos considerar también, reconocer a las personas en público y ofrecerles experiencias como regalos. Ya que puede ser una forma de mostrar tu apoyo y celebrar sus logros, incluso se crearán mejores recuerdos positivos. Mientras que las aportaciones económicas y los ascensos, no tendrán el mismo impacto, porque no será muy recordado como lo sería con una experiencia positiva.
Ejemplos de regalos como experiencias podrían ser, un viaje con todo incluido, una beca de estudio, boletas de cine, construcción o remodelación de una propiedad. Lo que puedas según tu presupuesto.
4. El Abuso de poder por parte de los superiores
Al no definirse una cultura de trabajo, será fácil que la explotación laboral se presente dentro de la organización. De hecho, la microgestión también aumentaría, es decir, los supervisores controlarían de manera excesiva sobre cómo debe trabajar el personal, lo que puede llevar a una falta de autonomía. También el favoritismo y el nepotismo se instalaría entre los miembros del equipo. Incluso pudiera existir la situación de que, cuando un empleado denuncia el abuso de poder, reciba represalias por ello.
Las empresas funcionan similarmente a un gobierno. Si la corrupción y el abuso de poder predominan en un país, se producirá una fuga de talentos, que migrarán a otro territorio dónde les puedan valorar. Lo mismo sucede con las organizaciones.
5. Salarios injustos que no fueron predefinidos con objetividad
Aquellas personas que aprenden y avanzan rápidamente, especialmente si se esfuerzan al máximo, merecen una compensación mejor que aquellas con desempeño promedio o mediocre. Igualar los salarios para todos en un intento de ser justos, es un peligro. Si seguimos el principio del libre mercado, lo justo sería remunerar a cada individuo según el valor que aporta a la organización, sin ser limitados por sus estudios académicos, ya que, al final lo que se busca son resultados.
La forma en que muchas empresas pagan a sus empleados suele generar confusión entre igualdad y justicia. Esto se vuelve más relevante al hablar de los derechos de los empleados. Pero pagar a todos de manera igual o casi igual, implica dar demasiado a los empleados menos competentes. Esto puede llevar a que el personal de alto rendimiento se vaya a trabajar a otra empresa.
6. Alta rotación o abandono del personal
Encontrar y contratar empleados altamente calificados, es una tarea que requiere tiempo y recursos. Cuando encontramos a personas excepcionales en un mercado saturado, queremos retenerlas en lugar de perderlas ante la competencia. Sin embargo, todo esto se desmorona cuando el ambiente laboral es tóxico, haciendo que el número de empleados abandonen la empresa.
Todo esto, tendrá un impacto negativo en las finanzas y de productividad en el negocio. Reflejándose cuando otorgan más responsabilidades al poco personal, y puestos vacantes, que necesitan más empleados para que la organización pueda crecer de manera eficiente.
Conclusión
Para concluir, es importante destacar que mejorar el entorno laboral es similar a proporcionar experiencias superiores, de la misma manera en que lo hacemos con los clientes, para que prefieran elegirnos por encima de la competencia. Se trata de facilitarles la vida y el trabajo a nuestros empleados, creando un sentido de comunidad.
Si usted trabaja en el área de gestión humana o es propietario de un negocio, considere evaluar estos puntos con su equipo de alta gerencia. También podría ser necesario debatir estos temas junto todo el personal, para anunciar que se harán cambios para mejorar el bienestar laboral. Sin embargo, debe indicar que los resultados llevarán tiempo a efectuarse, porque cambiar una cultura de trabajo a otra requiere acciones diarias y mucha paciencia. Por lo tanto, es una colaboración de cada uno, y no exclusivamente de un grupo. Desde el nivel directivo hasta el operario.